Salir a Observar


Desde hace un par de semanas o más, decidimos organizar una salida al campo juntamente con los aficionados que hicieron el curso Introducción a la Astronomía, que desarrollamos el año pasado.
Desde las puertas del Zoo La Máxima salimos pasadas las 20 hs con una brisa fuerte que anunciaba frío, más de lo que pueda esperarse para esta época del año. Luego de recorrer la mitad de la ciudad por su borde exterior, rumbeamos para el noroeste por la ruta 226 vieja, esa de tierra que aún te lleva hasta Blanca Grande dejándote ver de cerca las sierras Dos Hermanas, Cerro la China y algo más.

Algo máscomo la laguna Blanca Chica a la que pasamos levantando polvo apuraditos en querer llegar al Club Tres Hermanos, solo a un par de trancos más adelante.

 Al llegar, y abrir la tranquera, el frío dijo presentééé, también los mosquitos que valientes o desesperados iniciaron una persecución para obtener algo de nosotros. Pobres!. No lo lograron, ya que rápidamente el alumnado mostró que en el curso aprendieron algo. En este caso el de saber que antes de un buen tele o bino, primero hay que saber conseguirse un buen repelente. Fue el primer aporte de la noche presentado por quienes se inician en esto de salir a observar campo ajuera.
Terminado el entredicho natural con los mosquis nos instalamos. Ubicamos los autos, allá pusimos mesa y banquitos de campaña más todo lo necesario para comer y matear, y por supuesto, acá, en el mejor lugar, los telescopios.
Bien, todo listo. A lo que vinimos.
Arrancamos con una vista a ojo, tomando de alguna manera, una pruebita para ver qué tanto se acordaban y cómo se ubicaban en el cielo un tanto cambiado desde noviembre para los ex-alumnos. Comprobar que sabían fue lindo. Aprobados!
Mientras se oscurecía el cielo vimos el cúmulo abierto NGC 2169 de mg 5.9, Este cúmulo abierto tiene la particularidad que sus estrellas forman el número 37 tal como sale escrito aquí. También es cierto que esto se dá en un telescopio tipo Newton que invierte la imagen de arriba a abajo y de derecha a izquierda. Se necesita unos 60 aumentos para que se vea perfecto.Ya me estaba olvidando decir que este cúmulo con asterismo se encuentra en Orión.
Para ese momento se empezaba a oír los motores del Celestron de Daniel pre-anunciando su aparente disposición a mostrarnos esas cosas exóticas que nos saber mostrar de una manera perfecta. Y digo disposición aparente porque por problema de usuario o de goto (sigo sin saber que falló) se nos robó un buen tiempo de observación estelar por tener que observarlo a él. Algo así como que en pleno pique a uno se le haga una galleta con la tanza mientras el resto saca y saca. en fin... "sin palabras".
Mientras lo anterior sucedía, el cielo oscureció totalmente mostrando esa Vía Láctea que tantas cosas provoca al que no esta acostumbrado a verla, como al que si. Es en ese momento cuando dan ganas de dejar de lado los teles y pasar a tirarse sobre una lona a contemplar la magía del cielo nocturno, el culpable de que gente de cualquier tipo interactúe sin conocerse con suma comodidad en la oscuridad que nos brinda estar en el medio del campo.
Resplandecen las nubes de Orión y Carina en el tele casero (el otro sigue perdido). Salta un globular en Vela, luego persigue un rato hasta centrarlo en el campo del ocular a otro en Carina. Unos quieren ver la Caja de Joyas, otros la Galaxia del Sombrero. El otro tele dice que Omega Centauri esta bajo el horizonte. Cachetazo a la llave y corte de energia. Ahora si, a mano lo movemos hasta la Tarántula, Tucana y cuanta cosa se nos ocurra. El goto estará loco, pero el Celestron es fierrazo puro. Que calidad tiene.
El frío acecha. Sale mate amargo a darnos una mano de calor y seguimos. Los veteranos en esto de estar a la intemperie seguimos sacando ropa de una bolsa, los que hacen sus primeras armas empiezan a entender que saquito o camperita no alcanza y amagan con abandonar.
A eso de la medianoche fue el no va más para los novatos. Tampoco es cosa de ir a sufrir frío, mejor acompañarlos hasta la tranquera y dejarlos partir, total el convite quedó abierto para la próxima luna nueva. Chau.
Quedamos solos como locos buenos observando y degustando el clima ese que aparece en el silencio de la noche cuando dos aficionados están a solas con su pasión.
De un  momento a otro salió señora humedad que sin emitir sonido le dijo al Celestron  “terminamos” y bueno, terminamos, que le vamos a hacer. Era 1 30 horas. Fueron como 4 hs de observar y admirar el cielo nocturno, el mismo cielo que en la ciudad se insiste en tapar con más y más luces que en la mayoría de los casos son innecesarias. En fin, así somos los de por acá. Guardar todo y encender motores. Cerrar tranquera y picar de vuelta por el buen entoscado de la vieja ruta 226, la misma que si no la conocés, capaz de hacerte tumbar en la ese de Blanca Chica.
Llegamos al pueblo. Se termino la fiesta. Pu!
Igual... igual sonrío, sé que otra noche el cielo estrellado vendrá a buscarnos.

Los que fuimos y nos divertimos: Nadia, Alonso, Hilda, Daniel, Miriam, Sergio.
Los que pasaron a ver de que se trata:  Aviones, satélites, mosquitos, lechuza, murciélago.
Los que no fueron: Tal vez vayan el mes que viene, cuando la luna se ausente y convoquemos mediante e-mail con un "Salir a Observar"

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